Esta receta la tenía en el tintero des el mes de otoño... y aunque ahora no es la mejor época del año para compartirla... como tengo tiempo para escribirla he decidido lanzarme antes de que caiga en el olvido!
Como siempre que busco una receta, había algunos ingredientes de la original que no me acaban de convencer... así que acabé haciendo mi propia versión.
Una receta genial para tiempos de castañas y Hallowen! Aunque si tienes los ingredientes... realmente cualquier momento es bueno para hincarle el diente.
- 1 calabaza de las alargadas (tipo violín)
- 1 cebolla
- 100 gramos de brotes de espinacas (yo los compro de bolsa)
- 100 gramos de queso ricotta
- 50 gramos de queso rallado (del tipo que te guste)
- orégano, sal y AOVE
PREPARACIÓN:
Ponemos el horno a precalentar a 250 grados.
Lavamos la calabaza y la partimos por la mitad. Ya te aviso que al menos a mí, nunca me salen dos mitades iguales... Pero hay que intentarlo!
Quitamos las semillas, y luego sacamos parte de la pulpa. Eso tampoco es tarea fácil. La calabaza es dura... muy dura! Así que prepárate a sufrir! Yo voy cortando con un cuchillo y luego hago palanca con el mismo cuchillo para sacar trozos, y así consigo vaciarla bastante.
Nos ponemos un chorrito de Aceite de Oliva Virgen Extra en las manos, y lo untamos en la piel de la calaba, sí sí, por la parte externa, la dura!. Y metemos las dos mitades de la calabaza en el horno durante 15 minutos a 250 grados. Esto es para que la cáscara se ponga blandita.
Mientras, picamos la pulpa de la cabaza, pelamos la cebolla y la picamos también.
Ponemos un par de cucharaditas de aceite en una sartén y sofreímos la cebolla y la pulpa de la calabaza durante unos 10 minutos.
Vigilamos el tiempo de las calabazas!!! Probablemente ya casi hayan pasado los 15 minutos, y deberemos sacarlas del horno y dejarlas a un lado. Cuando las saquemos, bajaremos la temperatura del horno a unos 180 grados y lo dejaremos encendido.
Añadimos un poquito de sal y orégano al gusto, así como las espinacas y lo cocinamos todo durante 10 minutos más.
Vertemos el sofrito en un bol y agregamos los dos tipos de queso. Lo removemos todo bien, para que se forme una "masa" y rellenamos con ello las calabazas.
Una vez rellenas, volvemos a meter las calabazas en el horno a 180 grados durante otros 15 minutos.
Y.... listo! Deliciosas para saborear! Una receta muy original con un sabor delicioso.
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